En este periodo al cine mexicano le fue muy mal, debido en mayor parte al
abuso del poder del gobierno de Luis Echeverría y José López Portillo. Ya que
se coloco a Margarita López Portillo al frente de la radio, televisión y cinematografía;
ella no tenía experiencia en este campo y limito los recursos que se destinaban
al cine. Los cineastas fueron afectados por la represión política ; estos aunque tenia cierta libertad de expresión, nunca pudieron reflejar las inquietudes y realidades que se vivían en esos periodos por lo que sus películas se redujeron a ser picarescas y sin pretensiones. por otra parte las pocas producciones independientes y que intentaban tener un punto de vista más libre, más abierto, más entendido, no eran aceptadas por el gobierno o en su caso las limitaban ejerciendo presión sobre las salas o cines donde se exhibían.
En términos generales se puede decir que en esta época el cine mexicano
estaba manejado por el gobierno, ya que tomo el poder con la televisión y la
radio como medio de comunicación al país y que como ya se menciono estaba muy
limitado y aunque también las producciones independientes estaban limitadas por
el gobierno; fueron las que hicieron mejores producciones de esta época. Pero todo
empeoro cuando José Portillo puso a su hermana Margarita como directora de RTC, hizo que el cine mexicano tocara fondo.
Se trató de
internacionalizar al cine mexicano trayendo a directores extranjeros a filmar a
nuestro país. Se dejó de apoyar a los directores que habían producido filmes de
éxito en el sexenio anterior. A final de cuentas, el presupuesto oficial para
el cine mexicano desapareció en la deuda externa.
Mientras
tanto, aprovechando un cambio favorable en las políticas de exhibición, surgió
una nueva industria cinematográfica privada, la cual en pocos años se adueñó
del mercado mexicano. Esta industria caracterizada por producir películas de
bajo costo, en muy poco tiempo y con nula calidad prosperó y se enriqueció a
lo largo de la década.